Unos Kms. en el desierto y encontramos un descanso, y nuestros nietos nos retaban a montar este apacible camello, creo que ya sabían lo que pasaría a juzgar por sus sonrisas nerviosas.
Al desierto se retiró Jesús durante 40 días y 40 noches y fue tentado tres veces por Satanás. Y en el desierto comenzó Jesús la predicación del Reino, quizás como signo y como parábola de que la fe y la vida cristiana nos lleva del desierto al vergel. Y a él, al desierto se refirió en otras ocasiones como lugar de prueba, de purificación, de esfuerzo, como ámbito para encontrar a Dios al sentirnos desprotegidos y desprovistos de tantas cosas a las que nos ataron en la vida.
Nuestros nietos y el Beduino, me convencieron de montar el camello, bueno la experiencia es casi traumática, el camello al levantarse, eleva primero las grupas que hace que uno se incline casi 40º y es inminente la sensación de irse de bruces, exlamaciones, gritos y al fin la risa cuando estamos ya montados en estas increíbles criaturas.
Natty prefirió no hacerlo y posamos para algunos turistas que se reían de la experiencia y que tampoco lo hicieron, si se dan cuenta el camello también socarronamente esperaba otro jinete aunque en sus adentros los prefiere menos pesados ya que conmigo le saltaron algunas lágrimas y otros efectos a levantar mis 116 Kgrs.
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